27.9.08

El Perro andaluz




Un perro andaluz, 1928

(Un chien andalou)

Francia. 25 min.
Blanco y negro.
Versión original silente con música.

Dirección: Luis Buñuel
Producción: Luis Buñuel
Guión: Luis Buñuel y Salvador Dalí
Dirección de Fotografía: Albert Duverger
Diseño de Producción: Schilzneck
Música: Fragmentos de "Tristán e Isolda" de Wagnery un tango argentino
Edición: Luis Buñuel

Reparto:
Pierre Batcheff (el ciclista)
Simone Mareuil (la joven)
Fano Mesan (el andrógino)
Luis Buñuel (el hombre que corta el ojo)
Xaume Miravitlles (un seminarista)
Salvador Dalí (otro seminarista)







Luis Buñuel


Sinopsis

En una noche clara, un hombre corta el ojo de una joven mientras una nube pasa delante de la luna.

Ocho años después, un ciclista se accidenta en la calle. La misma joven lo socorre y lo besa. En una habitación, el ciclista acosa a la joven pero un incidente callejero los distrae. Un personaje andrógino juega con una mano cortada y es atropellado. El ciclista continúa acosando a la joven. Aparece un "doble" y castiga al ciclista hasta que éste le dispara. Finalmente, la joven sale al mar y se encuentra con otro hombre. En la primavera, los torsos de la joven y de su nuevo acompañante aparecen enterrados en la arena, devorados por los insectos.


Luis Buñuel

Comentarios

Radicado en París, Luis Buñuel se había acercado al cine como consecuencia de su admiración por las obras de Eisenstein, Lang y Murnau. Con escasa experiencia técnica y con un presupuesto muy limitado, Buñuel acometió la empresa de realizar la cinta que se convertiría en el manifiesto fílmico del Surrealismo.

La película tuvo uno de los procesos de producción más originales e irrepetibles de la historia. En palabras del propio Buñuel, "Un perro andaluz nació como la confluencia de dos sueños". Salvador Dalí lo invitó a pasar unos días en su casa y al llegar, Buñuel le platicó un sueño en donde una nube cortaba la luna, mientras un cuchillo cercenaba un ojo. Entusiasmado, Dalí le dijo que él había visto en sueños una mano llena de hormigas. La idea de hacer una película a partir de esas imágenes les pareció fascinante y en seis días tenían escrito el guión.

La identificación entre ambos era tal que no había discusión. Trabajaron acogiendo las primeras imágenes que les venían a la mente, sin detenerse a evaluarlas. La única regla que se impusieron era rechazar toda idea o imagen que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural.
Buñuel contaba con 12,500 pesetas que le había proporcionado su madre, por lo que decidió producirse a sí mismo su debut como cineasta. A su regreso a París, contactó a los actores, al fotógrafo Duverger y a los estudios de Billancourt, donde se rodó la película en quince días.





Buñuel, según Dalí





Según Buñuel: "los intérpretes no sabían nada de lo que estaban haciendo [...] Yo le decía a Batcheff: mira por la ventana como si estuvieras escuchando a Wagner. Pero él no sabía qué estaba mirando."
Aunque simpatizaba con las extravagancias de los surrealistas, Buñuel no se había integrado aún al grupo cuando filmó "Un perro andaluz". Una vez terminada la película, un amigo común lo presentó con el fotógrafo Man Ray, quien sí pertenecía al movimiento. Ray acababa de filmar un documental sobre la mansión de los vizcondes de Noailles y andaba buscando un complemento para el programa de exhibición.


Al ver la cinta, Ray le recomendó a Buñuel que la exhibiera cuanto antes y lo presentó formalmente ante el grupo. Aceptado por los surrealistas como uno de los suyos, Buñuel estrenó "Un perro andaluz" en 1928, ante un público que se deshacía en aplausos.

De esta manera iniciaba la larga carrera del genial director aragonés. Su siguiente película, "La edad de oro", suscitaría un escándalo que aún se recuerda en las calles de París.



Documentación y comentarios:

Maximiliano Maza
http://cinema16.mty.itesm.mx