28.10.08

Jerzy Grotowski

(Rzeszow, 1933-Pontedera, Italia, 1999) Director teatral polaco. Se graduó en el Instituto del Teatro de Moscú. En 1953 fue profesor de la escuela superior de teatro de Cracovia, pero seis años después abandonó la carrera oficial para fundar el Teatro-Laboratorio que en 1965 se traslada a Polonia. Fue un exponente de la vanguardia escénica de este siglo, continuador del método de Stanislavski; el maestro que estudió como nadie el oficio del actor, la naturaleza de la actuación, sus fenómenos y significados; y los procesos mentales, psíquicos y emocionales.




En la década del 70, en la era de los grandes festivales internacionales de teatro, los grupos jóvenes se inspiraban casi totalmente en las ideas estéticas de Grotowski. Los jóvenes actores y realizadores se hallaban poseídos por Grotowski, Stanislavski y Antonin Artaud. Estos tres maestros eran la llave maestra hacia los secretos de la creatividad teatral.














El teatro según Grotowski


“El numero de definiciones de teatro es prácticamente ilimitado. Para escapar del circulo vicioso uno debe sin duda eliminar y no añadir. Esto es, uno debe preguntarse qué es lo que se hace indispensable en el teatro.
¿Puede el teatro existir sin trajes y sin decorados? Si.
¿Puede existir sin música que acompañe al argumento? Si.
¿Puede existir sin iluminación? Por supuesto
¿Y sin texto? También..
Pero puede existir el teatro sin actores? No conozco ningún ejemplo de esto
¿Y sin público? Por lo menos se necesita un espectador para lograr una representación.

Así nos hemos quedado con el actor y el espectador. De esta manera podemos definir al teatro como lo que “sucede entre el espectador y el actor”. Todas las demás cosas son suplementarias.”

Si Grotowski revolucionó el teatro fue porque lo regresó a sus orígenes sagrados. A su entender el teatro no puede ser un fin en sí mismo. El teatro es un vehículo, un medio de auto estudio, de autoexploración, una posibilidad de salvación. El actor tiene en sí mismo su campo de trabajo. La mano, el ojo, la oreja, el corazón son lo que estudia y con lo que estudia. Vista de este modo, la interpretación es el trabajo de una vida: el actor amplía paso a paso su conocimiento de sí mismo a través de las penosas y siempre cambiantes circunstancias de los ensayos. En la terminología
de Grotowski, el actor permite que el papel lo "penetre"; al principio el gran obstáculo es su propia persona, pero un constante trabajo le lleva a adquirir un dominio técnico sobre sus medios físicos y psíquicos. Este dejarse "penetrar" por el papel está en relación con la propia exposición del actor, quien no vacila en mostrarse exactamente como es, ya que comprende que el secreto del papel le exige abrirse, desvelar sus secretos. Por lo tanto, el acto de interpretar es un acto de sacrificio.
Su concepción teatral está recogida en la obra Hacia un teatro pobre (1968), que ha influido notablemente en el teatro europeo.





Hacia un teatro pobre

Un teatro pobre es a la vez un teatro pobre de recursos. Pobre porque carece de escenografías, vestuarios suntuosos y porque prescinde de la iluminación y el maquillaje. Hasta la música. Pobre en un sentido material, ya que se despoja de todo elemento superfluo, porque se concentra en la esencia del arte teatral. El pobre cuerpo del actor es la expresión máxima y definida de este teatro.

Todo se concentra en un esfuerzo por lograr la “madurez” del actor que se expresa a través de una tensión elevada al extremo, de una desnudez total, de una exposición absoluta de su propia intimidad: y todo esto sin que se manifieste el menor asomo de egotismo o auto regodeo. El actor se entrega totalmente, es una técnica del “trance” y de la integración de todas las potencias psíquicas y corporales del actor, que emergen de las capas mas intimas de su ser y se su instinto y que surgen en una especie de transiluminacion.
Tratamos de eliminar la resistencia que su organismo opone a los procesos psíquicos. El resultado es una liberación que se produce en el paso del impulso interior a la reacción externa, de tal modo que el impulso se convierte en reacción externa. El impulso y la acción son concurrentes






Actor Santificado

La diferencia entre el “actor cortesano” y el “actor santificado” es la misma que existe entre la habilidad de una cortesana y la actitud de dar y recibir que surge del verdadero amor: en otras palabras el autosacrificio.
La técnica del actor santificado es una técnica inductiva (es decir una técnica de eliminación), mientras que la técnica del actor cortesano es una técnica deductiva (es decir, una acumulación de habilidades).
El actor que trata de llegar a un estado de autopenetración, el actor que se revela a sí mismo, que sacrifica la parte mas intima de su ser, la mas penosa, aquella que no debe ser exhibida a los ojos del mundo, debe ser capaz de manifestar su mas mínimo impulso. Debe poder construir su propio lenguaje psicoanalítico de sonidos y gestos.






La plasticidad del aparato vocal y respiratorio del actor debe estar infinitamente más desarrollada que la del hombre común de la calle.
El actor ha de descifrar todos los problemas de su cuerpo que le sean accesibles. Debe aprender a vencerlos también con la ayuda de ciertos ejercicios básicos: el movimiento, la plasticidad del cuerpo, la gesticulación, la construcción de mascaras mediante la musculatura facial y, de hecho, cada aspecto del cuerpo del actor será estudiado.
Pero el factor decisivo en este proceso es la técnica que el actor tenga en la penetración psíquica a fin de exponer y sacrificar lo que se esconde detrás de nuestra “mascara cotidiana”.
Trabajo realizado por: Gala Moser, Mariana Ulivarri, Sofía Balda, Gustavo Ramirez
Octubre 2008

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante este espacio. Soy de La Plata, estoy haciendo un curso a distancia con Débora y nos contó de este blog. No lo abandonen por favor! estoy en proceso de crear un espacio en la escuela donde yo estudie para hacer investigacion sobre teoria teatral, claro que es muy dificil.

sigan con esto!

soledad

Anónimo dijo...

hasta ahora comenze a tomar unas clases de teatro y elprofesor nos comento de el y me parece q tiene una manera muy buena de pensar como es y se expresa el teatro

Boreas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rosa Julia dijo...

Muy interesante artículo amigo.

Personalmente a mi me gustan mucho las obras de teatro, de hecho hace años recibí clases de actuación y valga la redundancia actué en un par de obras de mi universidad en una especie de obras cortas de teatro los cuales me hicieron ganar un poco de experiencia por decirlo de alguna manera. Lastimosamente no pude ni seguir participando en obras ni segir aprendiendo aunque claro, muchos años después me parece un tema pascinante y me gustaría seguir actuando aunque ya no dispongo del mismo tiempo que antes :(

Muchas gracias por tu post amigo, me ha servido mucho.